En el entorno hospitalario, es común administrar tanto medicamentos orales como intravenosos, y el uso adecuado de los equipos para cada tipo de administración es fundamental para la seguridad del paciente. Sin embargo, los errores en la administración de medicamentos pueden ocurrir cuando no se hace una distinción clara entre las jeringas para uso oral y parenteral.
Utilizar una jeringa inadecuada, como en el caso de usar una jeringa intravenosa para un medicamento oral, puede llevar a confusión y a errores graves en la administración, como administrar accidentalmente un fármaco oral por vía intravenosa. Para evitar estos riesgos, es esencial conocer la existencia de jeringas específicas para administración oral. Estas jeringas están etiquetadas con “USO ORAL EXCLUSIVO”, tienen un cono que impide su conexión a dispositivos intravenosos (como el tapón heparinizado o la llave de 3 vías), y están fabricadas con material de color opaco para una mejor identificación.
Además, es fundamental mantener buenas prácticas, como la verificación de los “cinco correctos” (paciente, medicación, dosis, vía y tiempo correctos) en cada administración, y evitar caer en la confianza excesiva que a veces puede generar descuidos en el trabajo diario. Promover la concienciación sobre estos puntos ayuda a reducir el riesgo de errores y refuerza el compromiso con la seguridad del paciente en cada procedimiento.
En nuestra área, disponemos de jeringas orales de 1, 3, 5 y 10 ml, que podrás encontrar en el doble cajón.
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